Imagen: Alex Morell.
Ha sido un verano intenso en el mar Balear. Nada nuevo. Bueno, quizás sí. La novedad es que el debate sobre la masificación en tierra y los excesos en el mar está más vivo que nunca. Y cuando los temas entran en el debate público, tenemos la oportunidad como sociedad de abordarlos y corregirlos. Las manifestaciones en contra de la masificación y la necesidad de repensar nuestro modelo turístico empujaron al Gobierno balear a presentar el Pacto por la Sostenibilidad el 22 de mayo. Bienvenido sea este reconocimiento público del problema. A pesar de que sorprende que se comience un proceso que empieza desde cero, sin tener en cuenta propuestas que ya hay sobre la mesa como por ejemplo el Pacto Azul Balear – una hoja de ruta para mejorar el estado de nuestra costa y nuestro mar - que cuenta con un amplio consenso de la sociedad balear.
La masificación en tierra hace años que también ha llegado al mar. Somos muchas las organizaciones que hace años que advertimos de la necesidad de poner orden en el mar. El debate que celebramos a comienzos de 2023 sobre el rol que tiene que jugar el sector náutico en la conservación marina hacía una cuidadosa descripción de los problemas y aportaba posibles soluciones. Finalmente, han sido unos hechos trágicos y puntuales que no tienen nada que ver con el carácter de la inmensa mayoría de navegantes que aman el mar, lo que ha prendido la mecha. Hace años que la calidad de la experiencia en el mar ha empeorado. Más barcas, menos espacio, más ruido, más motos de agua, más altavoces contaminando acústicamente nuestras playas y calas, y más riesgo de vertidos y de impactos por fondeos.
La sociedad balear y muchos navegantes han dicho basta. La creación de la mesa náutica que el Gobierno balear constituyó este verano tiene por objetivo dar respuesta a algunos de estos retos. Pero lo que tendría que ser una buena noticia ha empezado con mal pie. Paradojas de la vida, la Conselleria del Mar no ha tenido la valentía de invitar a las organizaciones que trabajan para la conservación marina a formar parte de la mesa náutica, cuando son precisamente las que más han hecho para denunciar el problema. Error político que envía una señal tan equivocada como preocupante.
El sector náutico puede convertirse en un gran aliado para la conservación marina. Dentro de este amplio y diverso sector, los clubs náuticos, puertos y marinas juegan un papel muy destacado. Son las puertas al mar para una parte importante de la ciudadanía balear, que se inicia o disfruta de la navegación y de la pesca.
A pesar de que la historia reciente muestra que el posicionamiento de este sector hacia la creación de reservas marinas y parques naturales marinos no ha sido favorable a la creación de espacios marinos protegidos, el diálogo que hemos tenido con representantes de clubs náuticos durante estos años demuestra que algo está cambiando.
ANIOL ESTEBAN - Director
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