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Un verano caliente

Publicado 13.06.2022

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Un verano caliente

Se aproxima un verano caliente en todos los sentidos. Aquellos que hace semanas o meses que nadamos en el mar sabemos que la temperatura del agua está inusualmente alta. Entre 1'5 y 2 grados por encima de lo que sería habitual en esta época del año. Un dato extremadamente preocupante, más aún teniendo en cuenta que solo estamos a principios de junio y los meses mas cálidos están por venir. Se ha demostrado que cuando la temperatura del mar supera los 28 ºC, la mortalidad de la posidonia incrementa notablemente. 
 
Un agua más caliente facilita la dispersión de especies invasoras y organismos patógenos. Si además le añadimos exceso de nutrientes por filtraciones de aguas no depuradas –un fenómeno aún demasiado frecuente en Baleares– provocaremos la presencia de “blooms” algales, explosiones de microalgas que tiñen las aguas de verde y las hacen poco o nada aptas para el baño. Este fenómeno se produce con más facilidad en zonas de aguas encalmadas o poco profundas y a menudo con una fuerte presión humana
 
Está previsto que se superen todos los récords de visitantes y también de embarcaciones. En su conjunto, parece que se avecina un verano con fuertes presiones sobre el medio ambiente y con un alto riesgo para los sectores económicos que dependen del mismo. La pérdida de calidad ambiental siempre se traduce en pérdida económica. Es incuestionable que un exceso de personas en las islas y en el mar reducen la calidad de la experiencia del visitante, del residente y del navegante. El objetivo de “crecer en calidad, no en cantidad” parece que va calando en la sociedad balear, pero las acciones siguen siendo más propias de lo de siempre. La cabeza dice una cosa, el cuerpo hace otra. 
 
El debate que ha precedido la aprobación de la nueva ley de turismo no solo ha puesto en evidencia esta contradicción, sino también la gran polarización que existe al respecto. Para unos es una ley insuficiente y para otros un cambio radical. Sin entrar a valorar los méritos y defectos de dicha ley, sí que se ha conseguido una cosa: hablar y debatir sobre los límites y la capacidad de carga del archipiélago; un tema que los sectores público y privado se resisten a abordar a fondo, pero que en un verano como el que se avecina es más necesario que nunca. 

ANIOL ESTEBAN - Director

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