Foto: David Arquimbau
La industria turística mueve miles de millones de euros en todo el mundo. El año pasado, los 16,5 millones turistas que visitaron las Islas Baleares gastaron cerca de 17.500 millones de euros y este año la previsión es superar el récord de visitantes y que en las Islas lleguen más de 17 millones de personas.
El Foro Europeo de Turismo, que ha reunido en Palma a los ministros de turismo de la Unión Europea, ha vuelto a poner encima de la mesa la necesidad de que esta industria evolucione hacia modelos más sostenibles. Pero también ha tenido como respuesta una movilización social que la administración no puede ignorar. Con el lema “menos turismo, más vida" nos ha recordado las implicaciones negativas que esta actividad tiene sobre el territorio y su gente.
Es el momento de hacer frente a retos incómodos pero necesarios. Hay que tener un debate seré para hablar de presión demográfica, de tráfico marítimo, de descarbonización y de la protección de la naturaleza. Los espacios naturales marinos y costeros de las Islas Baleares constituyen uno de los principales activos para el turismo. Hay que asumir responsabilidades y poner recursos a favor de su conservación.
Buena parte del empresariado turístico de las Islas es consciente de este valor y por eso ha apoyado el Pacto Azul Balear,una hoja de ruta para la conservación de nuestro mar que también tiene el apoyo de una amplísima mayoría de la sociedad civil. Gobierno y partidos políticos han indicado su predisposición para sacarlo adelante. Hay que pasar de las palabras a la acción.
El éxito del turismo en las Islas se sostiene en un mar en excelente estado de conservación. Es urgente que sus beneficios también se destinen a su protección.
ANIOL ESTEBAN - Director
