Marga Font: "Archipiélago azul" es una serie única que puede sensibilizar a varias generaciones sobre la importancia de proteger el mar
Publicado 04.05.2023
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Marga Font es originaria de Cornellà de Llobregat y hace más de 25 años que vive en Mallorca. Llegó para trabajar en Greenpeace y, enamorada de la isla y de la gente que la habita, se quedó. Hoy trabaja como periodista freelance y, entre otros trabajos y proyectos, escribe guiones en series de IB3 como ‘Pasejades’ o ‘A Muntanya’. Según sus propias palabras: "he tenido la suerte —tan inmensa como el mar— de colaborar en el guión de ‘Arxipèlag blau’ (Archipiélago Azul), integrada en un equipo muy amplio". Le apasiona trabajar en temas vinculados con la naturaleza, el territorio y el patrimonio de las Islas, se deja la piel y se siente a gusto.
Archipiélago Azul ha sido el estreno más exitoso que ha hecho IB3 este año. ¿Esperabas esta acogida?
Es una noticia extraordinaria, en muchos sentidos. Primero, porque el esfuerzo invertido en la serie es descomunal: casi tres años de trabajo intenso e ilusión de un gran equipo, grande tanto en el sentido de fabuloso como en el del número de personas que intervienen. Detrás cada imagen hay horas, días o semanas de planificación y de trabajo y, sobre todo, paciencia y espera por parte de los cámaras submarinos. Y segundo, porque el mar es extremadamente bello y vital para la supervivencia de muchísimas especies, incluida la nuestra, y saber transmitir esta emergencia y esta belleza eran grandes objetivos que se han cumplido. Que haya interés, que los espectadores queden boquiabiertos de admiración por la biodiversidad y la increíble adaptación de las especies a los diversos hábitats del mar Balear, que se sientan afortunados por vivir rodeados de un tesoro tan bello y frágil, puede hacer que todos juntos miremos el mar con más respeto y que nos impliquemos activamente en su conservación.
Científicos y periodistas no siempre hablan el mismo lenguaje. ¿Es difícil el proceso de construir un producto audiovisual que sea riguroso y al mismo tiempo atractivo y comprensible? ¿Cómo se consigue?
Es un trabajo de equipo y escucha mutua. Yo no tengo conocimientos de biología, pero sí de comunicación, y puedo ayudar a transmitir contenidos para empatizar con el público: ser riguroso con la verdad científica evitando palabras que solo conocen los expertos, explicar temas complejos de manera llana y atractiva. Esto es la divulgación. En un programa de divulgación, cada palabra ‘rara’ o poco comprensible para el público en general se puede convertir en una piedra en el zapato del espectador que lo hace desconectar del contenido mientras intenta adivinar el significado. Durante el proceso de guionado de ‘Archipiélago Azul’, el director científico, Xisco Riera, ha asegurado el rigor de los contenidos. El trabajo de los guionistas ha sido convertir este rigor en información atractiva y comprensible. Y también contar alguna historia —siempre que las imágenes lo permitan—, una forma ancestral de comunicación que nos ayuda a empatizar con los otros y con el entorno desde el inicio de los tiempos. La vida de las especies marinas está llena de historias de supervivencia, de ternura y de sacrificio o simplemente divertidas. Trabajando en esta serie todos hemos aprendido mucho los unos de los otros.
En Baleares no existía una documentación del fondo marino como la que ahora nos muestra ‘Archipiélago Azul’. ¿Era una asignatura pendiente?
Hay mucha información y documentación, porque en Baleares hay cámaras submarinas con un archivo descomunal, acumulado a lo largo de años de inmersiones. Pero todo esto no se había reunido nunca en una serie documental con espíritu riguroso y divulgativo. Además, en ‘Archipiélago Azul’ hay imágenes nunca vistas o que se han filmado por primera vez en las Islas, y algunas proceden del extraordinario archivo de Fernando Garfella. Pero es que nadie hasta ahora había tenido la idea, el coraje y los recursos para afrontar un proyecto como este, y han confluido muchos elementos que lo han hecho posible: la idea original de Carmelo Sirera y Xisco Riera y su seguimiento y compromiso durante todo el proceso, que IB3 y la Fundación Marilles hayan aportado recursos y apoyo incondicional al proyecto, y que la productora Miraprim, con Diego Villalonga como director, se haya dejado la piel y el alma al hacerlo realidad. Y gracias a la colaboración de muchísimas personas que han cedido imágenes o han trabajado desde posiciones invisibles: los cámaras, el equipo de montaje y sonido, el de postproducción, la música... Todo esto ha hecho que ‘Archipiélago Azul’ sea una serie única, un hito para una televisión local, que puede sensibilizar a varias generaciones sobre la importancia de proteger el mar.
¿Te habías dedicado antes a la divulgación científica?
Empecé mi trabajo como periodista en la revista Integral, en los 90, y desde entonces he colaborado y colaboro con publicaciones donde siempre hay una parte de divulgación. Creo que cualquier periodista lleva dentro un divulgador porque somos personas que solemos vivir obsesionadas con la comunicación, con utilizar frases claras que transmitan de manera directa una idea a veces compleja. Divulgar en el fondo es hacerse e intentar responder el tipo de preguntas que hacen los niños, muy directas y a veces molestas, que nacen de la curiosidad y la fascinación absoluta.
¿Crees que es necesaria esta clase de divulgación?
Es esencial. Y más en el punto donde estamos, cuando los efectos del cambio climático son cotidianos y probablemente imparables. El impacto de los humanos como especie es descomunal. Por eso hay que transmitir de manera clara y urgente la información que hace décadas conocen los científicos, porque si no somos conscientes de nuestro impacto no sentiremos la necesidad de cambiar. Y cuando se conoce la información y la realidad, se puede presionar a los políticos de manera mucho más efectiva y contundente. ‘Archipiélago Azul’, como serie de divulgación, tiene este potencial, porque al tiempo es una alerta: toda la belleza y la biodiversidad del mar pueden desaparecer pronto si no hacemos nada para evitarlo. Invertir en conservación del mar se traduce en más riqueza, más belleza y más futuro.
¿Qué has aprendido, del proceso de crear Archipiélago Azul?
Paciencia, porque es un proyecto a largo plazo; empatía con el equipo para comprender el tono y el espíritu del programa; y humildad, porque dentro de un equipo tan grande eres una pieza muy pequeña al servicio de las otras. A poner la escritura al servicio del objetivo común de hacer conocer el mar con el rigor como bandera. También que en un programa como este el guión se tiene que hacer al final del proceso, con las imágenes que se han podido conseguir de cada hábitat. Y a encontrar información marina de fuentes fiables, como el Informe Mar Balear.
¿La participación en este documental ha cambiado tu visión del mar?
Siempre he tenido una relación estrecha con el mar, he navegado y navego a menudo. veo caminos, ninguna frontera, y nunca he vivido lejos del mar. Pero la serie me ha enriquecido la mirada: ahora cuando me pongo las ojeras y el tubo veo hábitats y no solo rocas, posidonia o arena. Y sé qué puedo esperar ver y donde, y el nombre de algunas especies. Es un modos conocimiento, ya lo sé, pero aumenta el amor que siento por el mar y también la sensación de emergencia: tenemos que hacer ya cambios profundos para protegerla y exigir a los poderes que este sea un objetivo innegociable y prioritario.
¿Cuál piensas que es la relación de los isleños con el mar?
He aprendido mucho de la gente de las Islas sobre el mar, creo que mantienen una relación cotidiana, natural. Hay muchas profesiones que están vinculadas y todo el mundo sabe cómo disfrutar del mar. El mar es omnipresente en leyendas, novelas, películas o anécdotas personales, y me sorprende la cantidad de nombres diferentes que hay para cada especie marina, o los topónimos que los pescadores otorgaron a cada rincón de la costa. Pero el que un tiempo fue una relación más o menos equilibrada se transformó en desmesura con el turismo de masas, y este impacto tiene un precio sobre el territorio y sobre el mar. Tenemos que rehacer el modelo turístico y aprender a ganarnos la vida conservando la naturaleza.
Test rápido para enamarados
Un libro: Durante la aventura de ‘Archipiélago Azul’ me ha acompañado siempre "Fauna y flora del mar Mediterráneo", de Enric Ballesteros y Toni Llobet.
Una imagen que te evoque Baleares: un cormorán secándose las plumas sobre una roca.
Una especie marina: el pulpo, animal fabuloso que ha inspirado mucha ficción e incluso una canción de los Beatles
Una persona u organización de referencia: David Attemborough y la Fundación Marilles.
Una playa: Es Carbó, con Cabrera a la vista.
Optimista, realista o pesimista? Optimista por desesperación.