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Fiona Tomas, científica titular en IMEDEA.

Publicado 02.11.2020

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Fiona Tomas, científica titular en IMEDEA.

Observadores de Mar es una plataforma de ciencia ciudadana marina de referencia en el Mediterráneo Occidental. Desde su creación en 2012, ha implicado miles de personas en la investigación marina. Está coordinado desde centros del CSIC (ICM, CEAB y IMEDEA) y cuenta con la participación de expertos de diferentes centros de investigación, nacionales e internacionales. La plataforma cuenta con 14 proyectos. Hablamos con Fiona Tomas Nash, científica titular de IMEDEA e investigadora responsable de dos de estos proyectos: “Algas Invasoras” y "Praderas marinas en reproducción".

¿Cuál es tu trayectoria profesional?

Soy licenciada en Biología por la Universitat de Barcelona (1999, Premio Extraordinario de Licenciatura), con el Doctorado en Ecología por la Universitat de Barcelona (2004). He trabajado en diferentes instituciones de ecología y conservación marina nacionales e internacionales, incluyendo Scripps Institutionof Oceanography en San Diego, California; Bodega Marino Laboratory, California; University of Western of Australia, Perth; Oregón State University, ORO. En 2008 llegué a Mallorca para trabajar en el IMEDEA y ya hace unos años que me he establecido.

Estoy especializada en ecología y conservación de comunidades bentónicas costeras, principalmente las dominadas por macrófitos marinos (fanerógamas marinas y algas).

¿Cuándo y cómo nace tu vínculo con Observadores del Mar?

Mi vínculo con ODM nace en 2015, a partir de un proyecto de divulgación sobre especies invasoras financiado por la FECYT (FundaciónEspañola para la Ciencia y Tecnología) que se llamaba “Ojo a las Invasoras (https://imedea.uib-csic.es/sites/ojoinvasoras/) en que se pretendía realizar divulgación sobre la problemática de las especies invasoras en el Mediterráneo y que nos permitió crear el proyecto “Algas invasoras” en ODM.

¿Por qué algas invasoras y praderías en reproducción?

Las especies invasoras son un gran problema para los ecosistemas a nivel mundial, siendo la segunda causa de pérdida de biodiversidad después de la destrucción del hábitat. Son un problema de conservación muy importante. Además, el número de invasiones va en aumento y el Mediterráneo es un “punto caliente” de especies invasoras.

Para poder gestionar las especies invasoras, un conocimiento esencial que hay que obtener es su capacidad de expansión espacial y temporal. Una plataforma de ciencia ciudadana es ideal para poder obtener este tipo de datos. Además, muchas especies de algas pueden tener efectos muy fuertes, puesto que a menudo las algas son lo que denominamos “especies ingenieras” que pueden modificar los ecosistemas a muchos niveles (no solo afectando otras algas nativas, también a las comunidades de invertebrados, peces...). Por eso nos hemos enfocado en un proyecto para detectar y hacer seguimiento de algas invasoras.

Respecto al proyecto de praderías, las fanerógamas marinas (como la Posidonia, a pesar de que no es la única que tenemos en el Mediterráneo) crean bosques submarinos muy importantes que nos benefician con muchos “servicios ecosistémicos” (aguas limpias, captura de dióxido de carbono, pesquerías). Las fanerógamas marinas se pueden expandir vegetativamente (como las fresas) pero también se reporoducen sexualmente (producen flores y frutos). El conocimiento sobre esta reproducción es todavía muy limitado. Avanzar en este conocimiento –dónde y cuándo se reproducen; con qué intensidad y frecuencia; cuál es el éxito de fructificación– es muy importante, tanto para ampliar el conocimiento básico de las especies, como porque esta reproducción sexual provee a las plantas de variabilidad genética y esta variabilidad es esencial para poder adaptarse a cambios ambientales. En el contexto del cambio climático es especialmente relevante caracterizar cómo varía la reproducción sexual de las diferentes especies en el espacio y el tiempo y qué posibles factores alteran la capacidad de realizarla.

¿Por qué es importante la ciencia ciudadana marina?

No hay “varitas mágicas” que dan soluciones. Las decisiones de gestión y conservación (de recursos marinos, de pandemias) se tienen que hacer siempre con la mejor ciencia disponible, y, por lo tanto, irán cambiando a medida que avanza la ciencia.

La ciencia ciudadana es importante por muchos motivos, todos ellos igualmente importantes.

A nivel de la comunidad científica, la ciencia ciudadana es muy importante y valiosa porque permite obtener datos a escalas espaciales y temporales que la comunidad científica a solas no puede obtener. La obtención de estos datos permite, por un lado, hacer preguntas científicas que antes no podíamos hacer (puesto que podemos alcanzar escalas que antes no podíamos), y también permite obtener conclusiones más robustas de las preguntas científicas que nos hacemos, porque la capacidad de poder responder a preguntas científicas está principalmente limitada por la capacidad de obtener suficientes datos de calidad.

Después hay varios aspectos ligados a la relación entre el mundo científico y la ciudadanía. La ciencia ciudadana permite acercar el mundo de la ciencia a la ciudadanía. Esto es importante porque permite varias cosas: por un lado, permite dar a conocer a la gente qué hacemos (en mi caso, sobre todo estudios sobre el funcionamiento de los ecosistemas marinos y los impactos que las actividades humanas tienen sobre este funcionamiento); cuál es la pregunta o problema que queremos resolver (ya sea de conservación marina, de salud...); por qué es necesario obtener este conocimiento, y, por lo tanto, la importancia que tiene hacer ciencia para resolver la pregunta o problema. Por lo tanto, permite a la sociedad saber qué estudios científicos se están haciendo y apreciarlos.

Además de fomentar que la gente sepa lo “que” hacemos, también permite dar a conocer “cómo” se hace ciencia. Entender cómo funciona el método científico creo que es muy importante por varios motivos. Por un lado, permite desarrollar pensamiento crítico. Creo que es especialmente importante en este momento, en el que nos encontramos siempre sobresaturados de información que nos llega de todos sitios y mucha de la cual es, desgraciadamente, desinformación. Desarrollar pensamiento crítico nos ayudará a discernir qué informaciones son fiables y cuáles no lo son.

Implicarse en el proceso científico también permite a la ciudadanía valorar la complejidad y el esfuerzo que implica obtener conocimiento científico –que se tarda tiempo en obtener respuestas– y da a entender a la ciudadanía que la ciencia está en continuo desarrollo, que no es una cosa estática, que no hay dogmas ni verdades absolutas. Creo que esto es importante, especialmente en tiempos de pandemia como ahora, para que la gente entienda que al ir avanzando, vamos aprendiendo y descartamos hipótesis y, por lo tanto, vamos refinando y mejorando el conocimiento, añadiendo matices.

¿Cómo valoras la investigación marina en las Baleares?

Creo que la inversión en ciencia tiene que seguir un plan a largo plazo, que no cambie cada vez que cambian los gobiernos. Cuando haya urgencias de salud pública, ambiental, o de otro tipo, es el conocimiento científico el que nos permitie salir adelante. El Gobierno Balear está haciendo esfuerzos para invertir en ciencia, y en este sentido es muy valioso, especialmente en los campos de las ciencias marinas, teniendo en cuenta que la economía de Baleares está tan ligada al mar. 

Me siento muy afortunada de poder hacer investigación marina en las Baleares, pues tenemos ecosistemas muy interesantes y, en algunas ocasiones, mucho mejor conservados que en otras partes del Mediterráneo. Creo que en Baleares se está llevando a cabo mucha investigación muy interesante y puntera. Solo en Mallorca tenemos varias instituciones (IMEDEA, IEO SOCIB, UIB) con gente muy buena en su campo.

Dos problemáticas importantes para investigar –que son sistémicas y estructurales– en España en general (y en muchas partes del mundo), son la desigualdad de género y la falta de recursos. Afortunadamente, cada vez hay más mujeres en lo que se denomina “STEM” (Science, Technology, Engineering and Math), pero siguen dominando los hombre en la mayoría de instituciones científicas y académicas. Por ejemplo, las carreras de biología empiezan a estar dominadas por estudiantes mujeres, pero la proporción que consigue dedicarse a la investigación es bajísima.

Otro problema es la falta de recursos que se dedican a invertir en ciencia. Desafortunadamente, la inversión en ciencia siempre sufre cuando hay crisis, y en general, España invierte mucho menos en I+D (Investigación y Desarrollo) que muchos de nuestros países vecinos europeos –los cuales después sacan muchos beneficios de este conocimiento científico. Es especialmente preocupante que se invierte en la formación de personal investigador joven –gente excelente que se forma con fondos públicos– y después no pueden ejercer esta profesión y, o bien se marchan a otro país con más recursos, o dejan la carrera.

¿Cuál es tu relación con el mar? 

El mar forma parte de mi vida desde que recuerdo, ya sea jugando con las olas cuando era una niña, nadando, haciendo inmersión, navegando...De hecho, no sé concebir mi vida sin tener el mar cerca. Es todo un universo en sí mismo, con mil misterios por descubrir.

Test rápido para enamarados

Una lectura: Circe, Madeline Miller.
Una imagen: mar de aguas cristalinas.
Una especie marina: Posidonia oceanica (la “sequoia” submarina).
Una organización o persona de referencia: Dra. Jane Lubchenco, una científica eminente, tanto en ecología marina, como en temas de conservación. Fue la directora de NOAA durante el mandato de Barak Obama (http://gordon.science.oregonstate.edu/lubchenco/jlcv).
Una playa: Cala Magraner.
Una frase que te defina: Apasionada por la vida, el mar y la música.
Optimista, realista o pesimista? Realista con una sonrisa.