La misión de Arrels Marines es proteger y garantizar el futuro de un ecosistema único en el mundo a través de la regeneración marina, la conciencia ecológica y la educación ambiental. Quieren ser una entidad de referencia en la protección de la Posidonia oceanica, promoviendo a la vez la participación activa de la población isleña - y turística - en el desarrollo de un entorno sostenible. Hablamos con Josep Vives, de 27 años, fundador y presidente de Arrels Marines.
¿Cuál es tu trayectoria?
Me definiría como un graduado en Business Management & Administration que pronto descubrió que tendría que haber escuchado al niño que lleva dentro y se tendría que haber formado y dedicado a proteger y conservar la naturaleza y todas las especies que la componen, las cuales siempre me han fascinado. Por eso, dejé mi trabajo en una gestoría financiera y me mudé a Bali para trabajar con Plastic Bank Indonesia, una empresa que lucha para erradicar la pobreza en países en vías de desarrollo a través de su social plastic. En Bali colaboré y coordiné varios proyectos destinados a la protección y reforestación de manglares, así como también de arrecifes de coral, los cuales acabaron siendo los precursores de Arrels Marines.
¿Qué es Arrels Marines, cuándo y cómo nace?
Arrels Marines es una entidad sin ánimo de lucro que se constituyó en 2020 para intentar dar solución a dos problemas muy presentes en nuestras islas; por un lado, décadas de desarrollo insostenible que han puesto en peligro la sostenibilidad futura de los ecosistemas marinos -y terrestres- de las Baleares; y por la otra, la gran desconexión que hay entre la población isleña y el mar que nos rodea, lo que se podría resumir como vivir de espaldas al mar. Y, además de esto, Arrels Marines son también todas las personas que componen este gran equipo y sin las cuales no se habría podido articular un proyecto como este. En estos momentos somos un equipo totalmente heterogéneo formado por 9 personas que va desde científicas a comunicadoras y pedagogas, pasando por ingenieros u organizadoras de acontecimientos, fotógrafos y buceadores profesionales que se unieron hace un tiempo movidos por una pasión en común: el amor por el mar Mediterráneo.
¿Cuáles son vuestros objetivos?
La misión de Arrels Marines es proteger y preservar la belleza del mar Balear a través de la conservación marina, la conciencia ecológica y la educación ambiental. Para conseguir nuestro objetivo, hemos desarrollado tres bloques de trabajo sobre los cuales se sustenta ahora mismo Arrels Marines: la conservación marina, la educación ambiental y el desarrollo sostenible.
En cuanto a la conservación marina, lo enfocamos desde un punto de vista proteccionista y regenerador; pretendemos regenerar y proteger el mar Balear mediante la implementación progresiva de estaciones de replantación de fanerógamas marinas, las cuales actuarán como micro AMP, y a la vez, nuestro equipo científico estudiará y propondrá zonas que merecen un mayor grado de protección debido a su gran valor ecológico. En el segundo bloque, el de educación ambiental, queremos impulsar y fomentar una educacióń basada en valores como el respeto, la responsabilidad y la cooperación. Así, este tipo de educacióń actúa como un instrumento indispensable en el logro de una sociedad mejor. Y finalmente, en el ámbito del desarrollo sostenible, al ser conscientes que es indispensable un cambio socioeconómico en las islas para garantizar un futuro sostenible, Arrels Marines no quiere limitarse solo al fondo marino y, por tanto, estamos desarrollando proyectos innovadores que van alineados con los objetivos definidos en la agenda del 2030 de las Naciones Unidas.
¿Qué visión tenéis para la Bahía de Pollença?
Pollença es uno de los municipios más antropizados de las islas y esto se ve claramente reflejado en el deterioro de sus ecosistemas marinos. Desde Arrels Marines hemos llevado a cabo una serie de acciones dentro de la zona interior de la bahía para entender mejor y explicar con datos contrastados cuál es la realidad de la zona. Y bien es verdad que la realidad es bastante desoladora. Dicho esto, la bahía es muy grande y no todo está perdido, a pesar de que se tiene que actuar ya. Nosotros buceamos en la zona todo el año y somos conocedores que es una bahía que tiene un potencial inmenso debido a la gran variedad de hábitats que se encuentran –praderías de fanerógamas, fondos arenosos y rocosos, cuevas y cavidades– y los cuales actúan como centros de biodiversidad.
Por todo esto creemos que es fundamental que se empiecen a implantar medidas más proteccionistas, las cuales pueden ir desde un mayor control o vigilancia, hasta técnicas de restauración y conservación. De este modo, no solo se aseguraría un futuro sostenible para la bahía, sino que el impacto socioeconómico que va ligado a estos tipos de medidas beneficiaría al propio municipio de Pollença y a una gran variedad de sectores económicos, como podría ser la restauración, la hostelería, el buceo o la náutica, entre otras.
Ya para acabar, me gustaría recordar que, aunque suene a cliché, el momento de actuar es ahora, puesto que estamos demasiado cerca del punto de no retorno –según muchos estudios, este punto lo hemos pasado ya hace tiempo–. Tenemos que entender que todos nuestros actos tienen consecuencias sobre el medio, afectando directamente miles de ecosistemas y su biodiversidad, de la cual depende en gran medida nuestro futuro como especie. Y no, el cambio climático no está pasando solo en remotas selvas tropicales o lejanos arrecifes de coral. El calentamiento global nos afecta a todos y todas y las Islas Baleares, desgraciadamente, no son una excepción.
Test rápido para enamarados:
Un libro: Hijos del Monzón, de David Jiménez.
Una imagen que te evoque las Baleares: El Cap de Formentor.
Una especie marina: Mobula Birostris.
Una persona u organización de referencia: David Attenborough.
Una playa: Cala Figuera, en Pollença.
Una frase que te defina: Según mi hermano soy un ‘’pulpo de tierra; un tio de mar que vive en la tierra y tiene manos por todo’’.
¿Optimista, realista o pesimista? Realista.